No poder contenerse es el comienzo de la ruina. La guerra de opiniones entre Xi Bei y Luo Yonghao es una lección clásica de relaciones públicas. Muchos fundadores se ven atrapados en su "yo", preocupados por la "imagen", y cuanto más intensa es su reacción, más pasiva se vuelve la situación. Cuando se enfrenta a una guerra de insultos, lo primero que hay que evitar es el secuestro emocional: Correr al lugar en el primer momento = reconocer indirectamente un error, y después, aunque tengas razón, nadie lo verá. La estrategia de confrontación directa convierte a uno en una lanza, pero también sumerge a la empresa y a uno mismo en un ciclo vicioso de "autodefensa" con el escudo, atacando el propio escudo con la lanza, lo que no puede considerarse una buena estrategia. Sin salir de la perspectiva del "yo", ya sea con un contraataque contundente o una disculpa sentida, una vez atrapado en la "perspectiva del yo", es difícil establecer empatía con el público. Una respuesta realmente efectiva se basa en la comunicación de empatía y confianza; la clave de la respuesta no está en ganar el argumento, sino en mantener la confianza.