🟦 El resurgimiento de las blockchains privadas Ayer, @Stripe presentó @Tempo, una blockchain diseñada para pagos y este proyecto nos recuerda fuertemente a Libra (presentada por Facebook en 2019, abandonada en 2022)... excepto que aquí, la ambición ya no es crear una nueva moneda global, sino construir una infraestructura para circular stablecoins existentes. Con Tempo, Stripe completa el ciclo: 👉 Activo: stablecoins (a través de la adquisición de Bridge @stablecoin) 👉 Acceso: wallets (a través de la adquisición de @privy_io) 👉 Infraestructura: la blockchain Tempo Objetivo: controlar toda la cadena de valor de los pagos digitales. Pero Stripe no está sola en este enfoque. En los últimos meses, varios actores han lanzado iniciativas similares: 👉 @Arc (@Circle): blockchain compatible con Ethereum, tarifas en USDC 👉 @PlasmaFDN (@Tether_to): red dedicada a USDT, sin tarifas aparentes 👉 @CantonNetwork: respaldada por @GoldmanSachs, @BNPParibas o @DeutscheBoerse Todas estas iniciativas siguen la misma lógica: recuperar el control de la infraestructura. Las instituciones quieren evitar depender de blockchains públicas como Ethereum o Solana, que se consideran demasiado impredecibles en términos de costos y cumplimiento. Se podría ver aquí un paradoja: después de años de promover la apertura y la descentralización, estamos regresando a arquitecturas más cerradas. Pero el cálculo es pragmático: el rendimiento, el cumplimiento y los costos estables pesan más que la ideología "sin permisos". Esta tendencia plantea dos riesgos importantes: Fragmentación: cada jugador desarrolla su propia red, arriesgando la dispersión de la liquidez de stablecoin. Gobernanza: ¿cómo abrir estas redes más allá de solo los principales actores financieros? Creo que las blockchains públicas (Ethereum, Solana, etc.) no están fuera del juego. Podrían desempeñar un papel clave como capa de interoperabilidad entre estas nuevas redes privadas. Pero algunos de los flujos podrían bien desplazarse a otros lugares. Después de la fase de experimentación y especulación, comienza una nueva era: la de infraestructuras financieras especializadas. Puede que no emocionen a los cypherpunks, pero se alinean con las expectativas de las instituciones que quieren rieles confiables para circular miles de millones de dólares. La verdadera pregunta ahora: ¿coexistirán con redes públicas... o terminarán marginándolas?
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