"Si añadimos más personas, iremos más rápido" es una trampa fácil en la que las empresas pueden caer cuando comienzan a escalar. A menudo, el resultado es el opuesto. Un aumento en el personal provoca desajustes en la comunicación interna y muestra fallos sustanciales en los procesos — y el resultado final es moverse más lento, no más rápido.