Los chicos de Babylon Bee son como los chicos de Obama en este aspecto: ambos están atrapados en una especie de racionalismo gnóstico cuando se trata de la cuestión de la identidad americana. Piensan que ser americano es una actividad completamente cerebral, desconectada de todas las cosas que realmente conforman una nación y un pueblo: memoria compartida, experiencia, ethos, religión, costumbres. Creen que es un ejercicio intelectual. Pero una nación es algo que está vivo, como una persona o una familia. Es específico de un lugar y una forma de vida. Donde estos chicos se quedan atascados, y donde recurren a llamar racistas a sus oponentes o a reducir de manera caricaturesca los argumentos del lado opuesto a "nacionalismo de sangre y suelo", es que hay fuertes correlaciones étnicas con cosas como el idioma, la religión, las costumbres, los hábitos y la historia y memoria colectiva: todas las cosas que John Jay dijo en el Federalista No. 2 que hicieron de nuestro país "un pueblo unido". Debemos rechazar el racionalismo gnóstico de los proposicionalistas y el materialismo de los deterministas raciales por igual. La verdad es más simple, y los fundadores lo expresaron para nosotros tan claro como el día, una y otra vez: Somos "un pueblo", con una religión cristiana, raíces culturales europeas, una historia y herencia comunes, y costumbres y hábitos compartidos. Eso significa que algunas personas, sin importar a qué asienten intelectualmente, nunca van a convertirse en americanos. Está bien admitirlo y hacer políticas en torno a ello. Eso es lo que hicimos en este país, de hecho, hasta 1965, y necesitamos volver a eso. Más aquí -