Cuando el Jefe del Ejército advierte que la guerra se avecina y que nuestros hijos e hijas pueden ser llamados a luchar, debería hacer que cada ciudadano se detenga a pensar. Muchos en las redes sociales dicen: “No lucharé por ellos.” Pero esto no se trata de políticos, partidos o provocaciones. Esto se trata de nuestro país. Esto se trata de nuestra tierra, nuestra gente, nuestro futuro. Soy un sij, de una comunidad guerrera con una larga historia de resistencia contra la tiranía. Se nos enseña a servir y proteger nuestra tierra, a defender a los inocentes y a mantenernos firmes cuando otros retroceden. Si mi país está amenazado, me mantendré firme. Si llega a eso, mis hijos y yo defenderemos nuestra nación, porque un país que se niega a defenderse deja de existir. Puedes oponerte a los gobiernos. Puedes criticar a los líderes. Pero cuando la nación misma está bajo amenaza, alejarse no es protesta, es rendición. Defender tu país no te convierte en un belicista. Te convierte en responsable. Sin nuestra tierra, seremos esclavos. No soy un traidor. No daré la espalda cuando mi país necesite defensa. ¿Y tú?