Un profesor británico y un investigador parlamentario están acusados de conspirar para espiar para China y pasar información confidencial a funcionarios de Beijing. Pero luego el caso fue retirado repentinamente, causando un alboroto en la opinión pública. La administración Starmer fue presionada para publicar tres documentos judiciales. Esto le da al mundo exterior una idea de cómo los funcionarios de seguridad británicos ven las actividades de recopilación de información de China en el extranjero, y también desencadena una profunda discusión sobre cómo responder.