una lección repetida de la historia del arte y la tecnología (y técnica/innovación): los artistas más pioneros nunca han negociado ni se han disculpado por sus métodos, simplemente utilizan las técnicas que mejor les ayudan a lograr su visión (nuevas pinturas, materiales poco ortodoxos, pantallas verdes, cine digital, photoshop, CGI, y la lista sigue). el resto del mundo (y especialmente los colegas y críticos) tiende a rechazar sus elecciones polarizadoras antes de que todos celebren el trabajo que resulta. el borde se convierte entonces en el centro, el resto del campo sigue su ejemplo, y luego el proceso se repite…