En un nuevo experimento cuántico, los científicos vieron algo que desafía todo lo que creemos saber sobre el tiempo. En lugar de fluir hacia adelante como un río, el tiempo parecía girar y plegarse sobre sí mismo. Las partículas se comportaron como si su futuro pudiera afectar su pasado, difuminando la línea entre causa y efecto de maneras que desafían la comprensión ordinaria. Este extraño comportamiento se observó a través del entrelazamiento cuántico, un fenómeno en el que dos partículas permanecen misteriosamente unidas, sin importar qué tan separadas estén. Cuando los científicos cambiaron la forma en que medían una partícula, pareció alterar la historia de su compañero retroactivamente. Es como si el "ahora" y el "entonces" existieran juntos, remodelándose constantemente en un solo momento conectado. Los hallazgos sugieren que el tiempo puede no ser un camino unidireccional, sino una estructura flexible que dobla y conecta eventos distantes. Tus elecciones no reescriben tu pasado, pero a nivel cuántico, es posible que el universo no siga las reglas del orden lineal en absoluto. La realidad podría ser más extraña de lo que jamás hayamos imaginado.