En los años 90, hubo un pánico moral relacionado con el embarazo adolescente y una gran presión pública sobre los médicos para eliminarlo. Así que a chicas de 13 y 14 años con períodos irregulares o acné severo se les recetó anticonceptivos hormonales, el estándar de atención para prácticamente cualquier problema que afectara a las adolescentes en la pubertad. El esfuerzo de toda la sociedad por reducir las tasas de embarazo adolescente significaba que una chica normal, sana y sexualmente inactiva con acné estaba siguiendo pautas diseñadas para una chica sexualmente activa con la que no tiene nada en común. La orientación, los estudios y la infraestructura médica estaban diseñados específicamente para la adolescente en riesgo, no para una adolescente que lucha contra el acné. Las mujeres pasan por el sistema médico y aprenden este hecho muy rápidamente. La vacuna contra la HepB en el primer día de vida no es para la madre que toma vitaminas prenatales. Los formularios en cada chequeo prenatal que preguntan si estás siendo retenida contra tu voluntad o amenazada en tu hogar no están diseñados para ti. Este médico acaba de decir en voz alta lo que se pensaba en silencio. Ninguna de estas pautas de salud pública está diseñada para ti. Nunca lo estuvieron.