Deberíamos aumentar el número de representantes en la Cámara en un 15% a 500 miembros a partir del censo de 2030. Esto aborda muchos problemas que enfrentamos de una sola vez. Reduciría los distritos congresionales, disminuiría el impacto del salvaje gerrymandering partidista, haría que fuera menos costoso postularse para un cargo y afectaría la ventaja de legado de un incumbente, disminuiría la probabilidad de que uno o unos pocos representantes poco serios puedan paralizar todo el cuerpo, y reduciría el poder desproporcionado que tienen los estados menos poblados en el Colegio Electoral. El tamaño de la Cámara (435) no ha cambiado en más de 100 años y todo lo que se necesita es un voto del Congreso. Me parece una decisión obvia.