Me resulta interesante cuánto tiempo pasa la gente diciendo que "x/y se acabó, las cosas nunca volverán a ser iguales" en vez de usar esa energía para aprender qué hay de nuevo. Es una cuestión de mentalidad: habla como si el mercado debiera quedarse en la versión con la que se sienten cómodos, y cuando cambia, lo tratan como un problema en vez de un estímulo para evolucionar. Cada ciclo recompensa a quienes permanecen abiertos, siguen actualizando su estilo y tratan los metas cambiantes como información en lugar de frustración. Los bordes se desvanecen, aparecen otros nuevos y las personas que perduran son las que tratan el aprendizaje como un hábito continuo, no como una reacción al dolor. Si quieres sobrevivir a largo plazo, la verdadera ventaja es mantenerte lo suficientemente adaptable para reconocer la próxima oportunidad mientras otros siguen discutiendo sobre qué ha "terminado"