Kamala describe el momento en que supo que había perdido ante Trump: "Recibí una llamada de mi gerente de campaña diciendo que necesitamos 200,000 votos más que no podemos encontrar. Estaba en estado de shock, estaba tan inarticulado... Seguí diciendo 'Dios mío, Dios mío, Dios mío' una y otra vez".