Una buena gestión comercial se reduce a un principio simple: Dale a tu operación algo de espacio para respirar. Las paradas cerradas matan las buenas ideas. La microgestión mata la convicción. El sobredimensionamiento mata la paciencia. Si constantemente te estás volviendo malvado, tus paradas son demasiado ajustadas. Si estás pegado a tu PnL en cada tick, tu talla es demasiado grande. Si tus mejores configuraciones siguen convirtiéndose en puntos de equilibrio, te las arreglas por miedo. Deja que el mercado se mueva. Dale tiempo a tus ideas. Y deja de tratar de burlar el ruido, la ejecución y la paciencia harán el trabajo pesado.