Hoy, me despidieron de Meta sin ninguna explicación. Sin advertencia, sin correos electrónicos, sin llamadas telefónicas. Me quitaron la computadora portátil y las gafas y me escoltaron fuera de la oficina de Meta. Estaba a cargo del equipo de Meta OS, liderando nuestros esfuerzos en torno a la pulsera y desarrollando específicamente nuestras capacidades de videollamada. Estoy decepcionado y entristecido de que me hayan despedido, pero tengo esperanzas para el futuro.