Lo que estamos presenciando es un abuso de poder descarado. Esta administración está atacando a los críticos y utilizando el miedo como arma para silenciar a cualquiera que se pronuncie. Las corporaciones de medios, desde cadenas de televisión hasta periódicos, están capitulando ante estas amenazas. No podemos atrevernos a guardar silencio o ser complacientes frente a este asalto frontal a la libertad de expresión. Nosotros, el pueblo, merecemos algo mejor.