Charlie Kirk fue un visionario que sabía que participar en un debate libre era la mejor manera de mostrar a la próxima generación cómo los ideales conservadores brillan más que los valores izquierdistas nihilistas. Es inconcebible que su esposa e hijos tengan que vivir la vida sin él porque una persona trastornada le quitó la vida. No puedo expresar adecuadamente con palabras la angustia que siento por su familia. Charlie vivirá en los corazones y recuerdos de los muchos, muchos millones de estadounidenses y personas de este mundo. Oremos todos por Charlie, su familia, sus seres queridos, y sepamos que ha sido recibido por nuestro Padre Celestial.