El aspecto más inquietante de la delincuencia en Estados Unidos no es la tasa per cápita, sino el intenso odio, el resentimiento y la división, lo que hace que los motivos de los delitos violentos sean impredecibles y estén ampliamente dirigidos. Podrías ser asesinado por alguien a quien no le has hecho nada malo, simplemente debido a su negatividad albergada.