Los humanos ganaron porque tenemos un alto coeficiente intelectual y una buena comunicación, pero también porque tenemos dedos lo suficientemente diestros como para manifestar nuestros conceptos en la realidad. Esa es probablemente la gran diferencia entre nosotros y los delfines. (Por lo tanto, el camino más subestimado hacia ASI: crear delfines con cerebros enormes y darles acceso a apéndices).