Si has vivido los últimos diez años de blockchain, desarrollas un filtro para la exageración. El último ruido sobre las cadenas propietarias suena exactamente como el zumbido que rodeaba a las cadenas de bloques empresariales hace casi una década. En ese entonces era 'blockchain, no Bitcoin'. Hoy son 'cadenas propietarias, no Ethereum o @SuiNetwork'. Ambos pasan por alto el mismo punto: las cadenas de bloques derivan su poder de ser abiertas, componibles y resistentes a la censura. Las versiones propietarias no pueden mantener esas propiedades, por lo que terminan como experimentos costosos. Las únicas cadenas que importarán a largo plazo son las públicas.