El Gobierno denunció ante la Justicia Federal una operación ilegal de inteligencia destinada a desestabilizar el país durante la campaña electoral. Las conversaciones privadas de Karina Milei y otros funcionarios fueron grabadas, manipuladas y difundidas para influir en el Poder Ejecutivo. No fue una filtración. Fue un ataque ilegal planeado y dirigido. Fin.
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