El 6 de enero de 1995, McArthur Wheeler y Clifton Earl Johnson asaltaron dos bancos de Greater Pittsburgh a mano armada sin intentar disfrazarse. En cambio, se cubrieron la cara con jugo de limón, creyendo que los haría "invisibles" para las cámaras de seguridad. Johnson fue arrestado unos días después, mientras que Wheeler fue capturado en abril tras ser identificado en fotos de vigilancia. Los robos inspiraron directamente la investigación del efecto Dunning–Kruger, que explica gran parte de nuestro mundo actual.
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