Tienes que rechazar este tipo de pesimismo. Tengo seis hijos. La idea de que el sueño americano está muerto para siempre y que no hay forma de arreglar nada, y que se supone que debo aceptar eso y rendirme con el futuro de mis hijos, me repugna. Nunca podría hacer eso, y nunca lo haré. La lucha continúa.