Un empresario vio a un hombre descansando en una playa, bebiendo de un coco. Le preguntó: “¿Por qué no trabajas más duro, compras un barco, pescas más, construyes una empresa, te haces rico?” El hombre sonrió. “¿Y luego qué?” El empresario dijo: “Entonces podrás relajarte y disfrutar de la vida.” El hombre miró su coco. “¿Qué crees que estoy haciendo ahora?”