Muchos de nosotros entramos en el mundo de las criptomonedas persiguiendo la brillante promesa de propiedad en una revolución económica. En lugar de propiedad, entregamos nuestros dólares duramente ganados a actores extractivos que se deshicieron de nosotros, dejándonos con tokens sin valor. ¿Qué pasaría si hubiera una mejor manera?