Lo más sorprendente que he aprendido en mis 8 años de inversión ángel en criptomonedas es que el precio realmente no importa. Mis mayores ganancias fueron todas transacciones que pensé que eran caras y mis mayores pérdidas fueron todas transacciones que pensé que eran baratas. Aunque los mercados no son eficientes la mayor parte del tiempo, obtienes lo que pagas.