¿Has visto a alguien menos inteligente, menos preparado, menos cualificado que tú aún así ganar? No son tan talentosos, sin embargo, cosas más grandes caen en su regazo. Esa es la Ley de Yiprum: cuando todo lo que debería salir mal, de alguna manera, resulta bien solo porque se atrevieron a seguir adelante. Mientras tú te sientas sobrepensando, dudando, planeando... ellos están ahí fuera haciendo sin descanso, imperfectamente, sin vergüenza. Pensamos que el éxito sigue la lógica: buena escuela, ideas inteligentes, el momento adecuado. ¿La verdad? La mayoría de los ganadores nunca tuvieron un mapa. Simplemente nunca se detuvieron. No son mejores que tú. Simplemente no les importó si parecían estúpidos. Fracasaron rápido, hablaron, cometieron errores en público. Y mientras tú esperabas sentirte listo, ellos ya construyeron algo. La gente no gana porque tenga sentido. Ganan porque se mueven mientras tú todavía buscas lógica.