Cuando trabajaba en Disney, el estudio de cine familiar, soportaba conversaciones diarias donde mis compañeros hablaban de cómo esperaban que Donald Trump muriera pronto, de lo tontos y malvados que eran los conservadores, de cómo Donald Trump era un verdadero espía ruso que necesitaba ser arrestado, y si alguna vez conocían a un votante de Trump, lo golpearían en la cara. Y ahí estaba yo, caminando a Starbucks con ellos o almorzando en la cafetería o en una reunión. Esto, por cierto, sigue siendo la norma, años después, en casi todas las grandes corporaciones del MUNDO. Todos mis amigos y familiares que trabajan en estos lugares viven en un terror absoluto - incluso ahora - de que sean expuestos como personas de derecha. ¿Por qué está esto bien? ¿Cómo hemos aceptado esto como la forma en que tiene que operar la América corporativa? Si la gente en las empresas está siendo despedida por estar contenta de que Charlie esté muerto, ¿significa eso que los conservadores en el armario finalmente pueden ser ellos mismos en la oficina?