Puedes cambiar tu vida en cualquier momento siempre que veas tus pensamientos como herramientas. Simplemente herramientas que solo existen en el cobertizo de tu mente, que puedes recoger a voluntad, que solo tienen poder cuando decides usarlas. Tu trabajo no te inspira, pero es cómodo. Si quisieras, podrías empezar a pensar en él como un tormento absoluto. Podrías encontrar una manera de odiar tu existencia tanto, que te obligue a seguir finalmente tu corazón. Tus circunstancias han sido agotadoras, y estás al borde de rendirte. Si quisieras, podrías empezar a pensar en lo afortunado que eres por estar luchando en una posición por la que una vez oraste. Podrías encontrar una manera de ser tan agradecido, que te obligue a seguir adelante. Si necesitas canalizar un sentimiento como fuente de combustible, hay un conjunto de herramientas para eso. Si quieres meterte en una situación o salir de ella, hay otro conjunto de herramientas para eso. Hay un conjunto de herramientas para cada deseo que puedas imaginar. Usa estas herramientas. Guárdalas un mes después. Recoge algunas de ellas de nuevo. Reemplaza una de ellas por otra. Están ahí para servirte en cualquier momento, en cualquier lugar. Nunca pueden influenciarte a menos que les des explícitamente permiso para hacerlo. Siempre tienes el control total. Ve y consigue lo que es tuyo.