Los terremotos gemelos que azotaron Turquía en febrero de 2023 no solo devastaron la región inmediata, sino que también desencadenaron una reacción en cadena silenciosa a casi 1000 kilómetros de distancia, según un nuevo estudio en Science. Los eventos provocaron actividad en más de 50 volcanes de barro y siete fallas en la Cuenca de Kura de Azerbaiyán, sin producir terremotos propios.