la trayectoria tecnológica hacia el aislamiento interpersonal facilita la deshumanización de los demás; se convierten en abstracciones, emblemas, fichas. Aunque generalmente soy optimista, en este aspecto creo que las cosas empeoran. La generación más conectada en línea es también la más favorable a la violencia política y está entrando en la era en la que es más capaz de ejecutar sus aspiraciones. Así como estamos aprendiendo que la gasolina con plomo y los efluentes ambientales produjeron un bólido generacional de violencia en los años 70 y 80, los historiadores del futuro pueden rastrear una era de violencia política hasta el aislamiento posibilitado por los teléfonos inteligentes y las redes sociales.