La Reserva Federal está entre los principales impulsores de la desigualdad en América. Al no cumplir con su mandato de inflación, la Fed permitió que las disparidades de clase y generacionales empeoraran, ampliando la brecha entre los propietarios de activos y los estadounidenses de bajos ingresos. La Fed debe recuperar su independencia y dejar de servir a los ricos a expensas de los demás.