Rastreé mi teléfono robado por Viena durante 24 horas, perdí mi vuelo a Nueva York y contraté a un guardaespaldas serbio llamado Milovan para ayudarme a enfrentar al ladrón. Así es como sucedió: Fui con amigos a una piscina pública en las montañas de uno de los distritos más bonitos de Viena, y después de un divertido día de natación, fui al vestuario a ponerme la ropa. Mientras lo hacía, dejé mi teléfono afuera en una mesa por apenas un minuto, pero cuando regresé, alguien había tomado mi teléfono y desaparecido. Nadie vio nada. Sin saber qué más hacer, tomamos un taxi a casa para llegar a mi computadora. Y allí vimos al ladrón moviendo mi dispositivo por la ciudad a CADA parte de la ciudad durante muchas horas. No había forma de que pudiera perseguir este coche. Tenía una fecha límite: un vuelo a la mañana siguiente. Alrededor de la 1am, el teléfono finalmente se detuvo en una dirección residencial, pero ¿qué iba a hacer? ¿Asaltar un apartamento en medio de la noche? A las 7am tomé mi vuelo a Nueva York vía Berlín, pero cuando aterrizé en Berlín a las 8am casi me da un infarto: Mi teléfono robado había regresado a la escena del crimen: de vuelta en la piscina pública al aire libre en Döbling, en las idílicas montañas de Viena. Ahí fue cuando me di cuenta: mi teléfono había sido tomado por un empleado. No había forma de que dejara esto pasar: perdí mi vuelo a Nueva York y en su lugar tomé el primer vuelo de regreso a Viena. En el aeropuerto, contraté a un taxista de Serbia llamado Milovan a una tarifa por hora para que fuera mi guardaespaldas, y llamé a un amigo que había estado en la piscina conmigo el día anterior para que viniera también. Cuando llegué a la piscina, mi rastreador de teléfonos me mostró dónde estaba mi teléfono: letras grandes y gruesas que decían "AHORA" justo al lado de un grupo de empleados. ¡Llamamos a la policía! Uno de los empleados quería echarme y prohibirme la entrada a esta piscina pública administrada por la ciudad de Viena de por vida por hacer acusaciones. Más tarde resultó que ese empleado era el ladrón. Pero persistí hasta que la policía llegó. La red Find My de Apple detecta otros dispositivos intercambiando señales entre todos los dispositivos circundantes. Cuantos más dispositivos haya cerca, más precisa es la ubicación. La piscina era un área al aire libre, pero todo lo que sabía era que el teléfono estaba allí AHORA, pero no exactamente dónde. Extremadamente frustrante. Pero tenía un as más bajo la manga: le dije a la policía la dirección donde el teléfono había estado la noche anterior. Resultó que uno de los empleados vivía exactamente donde sabía que mi teléfono había pasado la noche, y así que ahora tenían un sospechoso después de entrevistar al personal. La policía lo siguió sin avisarle, y notaron que se comportaba de manera sospechosa. Después de que el empleado sospechoso fue al baño, lo registraron y ENCONTRARON MI TELÉFONO. Estas fueron 24 horas intensas, y no he dormido aún, pero estoy increíblemente agradecido a la extremadamente profesional policía vienesa que me ayudó a recuperar mi teléfono, y a los empleados que fueron pacientes y ayudaron a pesar de que acusé a uno de sus colegas. A veces, mantener una sociedad de alta confianza significa realmente perseguir a los ladrones que la abusan. 24 horas. Sin dormir. Un teléfono recuperado. Vale la pena.