Nuestra mejor aproximación hasta ahora al comportamiento, la intención y el uso en la Web han sido las cookies. Ahora, cuando mantenemos una conversación continua con un bot de IA, les damos una increíble y rica sensación de quiénes somos, de qué se trata, etc., mucho mejor de lo que pueden hacerlo las cookies. Parece que quien logre optimizarse para esta nueva realidad será muy importante. Consecuencias importantes para la búsqueda y el (re)targeting también. La primera generación de características está destinada a ser mensajes de comercio electrónico intersticiales de la IA al usuario. Habilitados completamente por bots detrás de escena, sin necesidad de un navegador o flujos de pago engorrosos. Probablemente genere CTRs no triviales.
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