La IA se siente como si fuera 1999 de nuevo. Todos sienten que es revolucionaria, el capital está inundando el mercado y el optimismo ha suspendido temporalmente las leyes de la lógica. Sin embargo, la IA de hoy es menos un oráculo sabio y más un prodigio brillante pero poco fiable; rápida, elocuente, capaz, pero propensa a inventar hechos con confianza. Los estudios estiman que los LLM "alucinan" hasta el 27% del tiempo, con errores fácticos en casi la mitad de las salidas. Estas no son mentiras maliciosas; son una característica del diseño. El modelo está entrenado para producir una respuesta, no necesariamente la correcta. Piensa en un pasante entusiasta que siempre quiere impresionar, incluso si eso significa hacer trampas. Esto empeora cuando la maestría importa. Presiona a una IA, y puede ceder un momento... luego reafirmarse al siguiente. En contextos de alta presión, eso no es peculiar, es peligroso. Nada de esto significa que la IA no sea transformadora. Las ganancias de productividad son reales. Las empresas están reconfigurando. Los flujos de trabajo están cambiando. Pero no podemos confundir la velocidad con la sabiduría o el brillo con la verdad.
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