Siento profundamente por todos en el Reino Unido en este momento. Es inquietante ver a las personas siendo obligadas a entregar su identificación o escanear su rostro solo para acceder a espacios en línea, lugares para la comunidad, la creatividad o incluso solo para escapar. Esto no es seguridad. Es vigilancia. Y no se detiene ahí. Visa y Mastercard están presionando silenciosamente a las plataformas para censurar contenido legal y ficticio, cortando los pagos a los creadores no porque rompan la ley, sino porque ofenden los valores personales de alguien. Lo que estamos viendo no es protección. Es control, sobre el discurso, el arte y el acceso. Los adultos merecen la libertad de elegir con qué se involucran, sin ser observados, marcados o excluidos. Recuerda el 5 de noviembre.
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